junio 09, 2010

Un desastre...


Pues si, han pasado 3 días muy intensos; el lunes me vi con Andreu y no fue nada agradable. Primero fui a trabajar por la mañana, aún estamos haciendo las presentaciones del proyecto para presentarlas a los posibles clientes, eso fue temprano por la mañana, pero como al medio día Andreu empezó con un acoso bastante molesto, me envió como 80 mensajes de texto, todos del tipo “No puedo esperar a verte esta tarde”, que agobiada me sentí; llamó unas 3 veces para decirme que estaba haciendo lo posible por reservar en un restaurante al que me quería llevar y finalmente me llamo 2 veces más para confirmarme que había conseguido la reserva; yo solo quería un café y una charla corta y clara con el. Finalmente al salir del trabajo corrí a casa a cambiarme, me había dejado enrollar por Andreu y el café se convirtió en una cena en un sitio al que solo se podía ir con reserva y yo debía cambiarme los converse y mis vaqueros rotos.

Me cambié y esperé a que Andreu llegase, cuando llegó bajé rápidamente, quería terminar con esto de una vez. Fuimos al restaurante que el escogió, no paró de hablar desde que me subí al coche, me estaba mareando. Yo necesitaba decirle que no podía seguir con el y el no me daba tiempo de hablar, porque el no se detenía. Cuando entramos al restaurante, nos dirigieron a nuestra mesa, nos tomaron la orden de las bebidas y nos dejaron un momento a solas para ver el menú; Andreu empezó a hablar enseguida, era como si sospechara lo que yo quería hacer y el no quisiera darme oportunidad de hablar para evitar que yo soltase la bomba; por un momento me sentí mal, pero rápidamente recapacite; no podía dejarme engatusar de nuevo. Entonces cuando volvieron con las bebidas y a tomar el pedido el comenzó a hablar y hablar y hablar siempre lo y me di cuenta que estaba ordenando por mi! No podía soportarlo más, odio que haga esto y siempre lo hace; peor aún yo siempre lo soporto.

“BASTA!” eso fue lo que logré articular a voz en cuello para detener su discurso interminable. El despidió al camarero y yo comencé a soltarlo todo, lo mal que me sentía, lo harta que estaba, no quería estar con el, le dije todo lo que me molestaba o me incomodaba de el, le dije que sabía que no éramos compatibles, que el avanzó demasiado rápido para mi, le dije del viaje a San Francisco y finalmente dije que quería terminar con todo esto antes de irme. El se terminó su cerveza de golpe y puso una cara muy seria, hizo señas al camarero para que le trajesen la cuenta; yo voltee y vi que todas las mesas a nuestro alrededor nos echaban una ojeada y cotilleaban, al parecer no hable tan bajo como creí.

Nos fuimos, cogimos el coche y el arrancó, condujo hasta una zona tranquila y se volteó hacia mi, me dio un bofetón; había furia en sus ojos, me atesto otro golpe y un tercero, después de eso yo había perdido la conciencia. Cuando me desperté estaba en una camilla en el hospital, al parecer Andreu me había dejado tirada en la calle luego de haberme seguido golpeando, más tarde pasaron unos policías que me vieron tirada en el suelo llamaron a una ambulancia, cogieron mi cartera y mi móvil, buscaron mi DNI, llamaron de mi teléfono al primer número de marcación rápida de este, mi casa.

Y aquí estoy ahora en mi casa, recuperándome de una gran paliza, tengo un gran morado en el pómulo derecho, el labio roto y una costilla rota (al parecer me metió un par de puñetazos contra ellas). Puse la denuncia con la policía y a el se le puso una orden de alejamiento de mí. Marta y Caterina no se han apartado de mi estos 2 últimos días; me están cuidando muchísimo, no me dejaban ni a sol ni a sombra. Yo me sentía mal físicamente pero me sentía peor anímicamente, estaba humillada y me sentía una idiota.

Hasta aquí por hoy…