mayo 09, 2010

Una cita con alcohol, sexo, desayuno y carrera...


Anoche, ay anoche… Fuimos a un bar muy agradable, pequeñito y coqueto en el barrio de gracia, nos tomamos unos cuantos martinis, charlamos, nos reímos, vamos que todo iba bien, pero hubo un momento de tensión cuando salíamos del bar y un tío se me quedo viendo con poco disimulo. No hizo nada, solo me miro, cosa que normalmente es halagadora, pero en esta oportunidad lo que hizo fue generar una situación incomoda. Andreu se puso como una fiera, vamos que si el tío me llegaba a decir algo Andreu le hubiera arrancado la cabeza.

Esa reacción tan explosiva me asustó un poco, no me gusta la gente violenta, y menos alguien que estalla por una tontería. Esta bien que quiera protegerme de otros tíos, pero esto fue rayar en lo excesivo.

Bueno finalmente logre desconcentrar a Andreu de la pelea en la que se había enzarzado y salimos del bar; habíamos bebido bastante y caminábamos sin rumbo hasta que el dijo “Vamos a mi casa”, yo como estaba con el raciocinio un poco adormecido por el alcohol acepte sin pensarlo 2 veces. Así que fuimos a por el coche, no debimos conducir habiendo bebido, pero Andreu insistió en que estaba bien, yo no estaba tan segura de eso después de haber visto su reacción con el otro tipo en el bar.

Finalmente llegamos a su casa, era un piso perfecto para un soltero, ni muy grande, ni muy pequeño; decorado con un estilo bastante simple y minimalista. Estaba bien, pero le hacia falta un poco de vidilla, una planta, algunos cuadros, la verdad es que le vendría muy bien la ayuda de Marta.

Yo estaba absorta en mis cavilaciones cuando Andreu se acerco por detrás de mi y me cogió por la cintura, empezó a besar mi cuello, me giró hacia el y me beso con ferocidad, me cogió de la mano y me llevó hasta la habitación. Seguimos besándonos, me empujo delicadamente sobre la cama mientras el se inclinaba sobre mi sin parar de besarme, de un momento a otro nuestra ropa estaba por todo el suelo de la habitación y nosotros estábamos en pleno acto sexual, todo iba bien hasta que de pronto Andreu llegó al clímax de su orgasmo. Todo duró como 3 minutos, yo aún no estaba satisfecha, yo no había conseguido llegar a tener ni un orgasmo aún. El acabó, me dio un pico, se levantó y fue al baño. “Esto no puede ser todo” pensé, pero si lo era; cuando Andreu volvió del cuarto de baño se acostó a mi lado y se durmió. Yo no sabía como reaccionar, si vestirme e irme o quedarme y ver que pasaba mañana.

Finalmente concluí quedarme, había bebido mucho así que lo mejor sería no irme de noche sola.

A la mañana siguiente me desperté sola en la cama, me puse mis bragas de repuesto (nunca salgo sin ellas) y una franela deportiva que Andreu había dejado doblada encima de la mesa de noche que estaba a mi lado, supuse que era para mi así que me la puse. Fui al baño, me cepille los dientes con mi cepillo viajero (sin el cual tampoco salía jamás), cepillé mi larga cabellera y me la até en una cola de caballo alta.

Cuando salí del baño me di cuenta de que Andreu estaba en la cocina; estaba haciendo el desayuno!!! Ok, creo que se le puede dar una segunda oportunidad a este chico, había hecho 2 omelet, con pan tostado, mermelada, mantequilla, zumo de naranja, y café recién hecho. Me miró cariñosamente y me dijo “¿tienes hambre?”, la verdad es que si, me moría de hambre, le sonreí y me senté a desayunar con el, fue una sensación extraña, hacer esto con el, no es que no me gustase, pero se sentía como si no encajase bien todo.

Terminamos de desayunar y nos sentamos en el sofá a ver televisión, iba a empezar la carrera de F1, El Gran Premio de España, el me dijo que era un gran forofo de la Fórmula 1, así que nos quedamos a ver la carrera. El se acercó a mi y me abrazó, me mantuvo así mientras duró la carrera, cuando terminó me beso la frente me dijo “¿y ahora que te gustaría hacer?” por más que esa invitación me sonó sugerente, tuve que resistirme a su increíble atractivo físico y decirle “será mejor que vaya a casa”, el sonrió se levanto me tendió la mano para ayudarme a nos levantarme, fuimos a la habitación, el cogió algo de ropa y fue al baño a cambiarse, yo me vestí en su habitación con la misma ropa que llevaba ayer.

Me llevó hasta casa y cuando estábamos en la puerta del edificio me dio un pico y se despidió con un “hasta mañana nena”, arrancó el motor y se fue.

Yo subí a casa, allí estaban Marta y Caterina tomando café. Cuando terminé de responder a las preguntas de su interrogatorio me escapé a mi habitación y aquí estoy dejándolo todo para la posteridad.

Hasta luego…